«Este virus viene a quedarse y tendremos que aprender a convivir con él»
Así es como somos. Dos socias, dos mujeres que fluyen por la vida a ritmo de sentimientos y del devenir del tiempo. Buscando el aspecto positivo de este panorama que nos rodea. Tanto es así que en estos momentos post-covid cada vez que disfrutamos de alguna experiencia feliz o de alguna situación especial se la dedicamos a todas aquellas personas que ya no se encuentran entre nosotros y nosotras. Nos parece una falta de respeto absoluto decir todo el rato: qué aburrimiento de mascarillas, qué agobio, vaya rollo de verano. No es justo ni por esas personas ni por los que vamos a tener que convivir con el dichoso virus.
Nosotras hemos aprovechado el confinamiento para convertirlo en un momento maravilloso. Lo cierto es que ninguna de las dos tenemos muchas necesidades en la vida y eso es muy importante. Somos felices con un libro, con nuestra casa ordenada, con comida en la nevera, agua potable y luz. Somos unas afortunadas y no tenemos derecho a la queja gratuita y al rechistar por rechistar.
Esos argumentos de “¡qué horror!” y “qué verano más raro” ya sobran y no coinciden con la realidad. No es ni nueva realidad ni nada. Este virus viene para quedarse y tendremos que aprender a convivir con él porque la vida avanza y cuando seamos mayores les contaremos a las nuevas generaciones cómo llevamos las mascarillas, cómo en cuestión de días cambiaba nuestra rutina o cómo desde entonces tuvimos que ser más precavidas y cuidadosas con nuestro entorno.
Mientras tanto, desde el negocio, hacemos una lectura muy positiva. Cuando hemos estado hasta arriba de trabajo, a tope de encargos, nos quejábamos por no poder abarcar la agenda de eventos y el día a día de la tienda. Hay ocasiones en las que podías estar muy cansada, con el tiempo justo para preparar los trabajos del evento y seguía entrando gente por la puerta de la floristería haciéndote un encargo.
Hoy por hoy es una ventaja: nuestro negocio tiene distintas patas y aunque las bodas son una pata principal superimportante, el resto de alternativas nos permite sobrevivir y sobrellevar la situación. Es algo que no podemos pasar por alto y que hemos podido asumir y digerir durante todo el confinamiento. Incluso recordamos cómo algunos clientes y clientas del sector hace algunos años nos criticaban que no nos especializásemos en nada, y hoy en día consideramos que fue una magnífica decisión porque Cotton Candy es así, como los sentimientos y se adapta al ritmo del devenir del tiempo.